jueves, noviembre 24, 2005

Reflexionando

Luego de la eliminación de Uruguay de Alemania 2006, se han empezado a escribir mucho sobre el futbol moderno y el tradicional. Uruguay ha sido dos veces campeón del mundo, pero en años que no tenían idea de lo realmente mundial que iba a ser el fútbol. Los orientales sobresalieron por su garra y entrega, por no bajar la cabeza nunca durante los encuentros a pesar de las adversidades. Ahí tenemos el famoso "maracanazo" herida imborrable que mancha la historia de los pentacampeones del mundo.

Pero en la actualidad, como vemos en la imagen que antecede este texto, la garra no lo es todo. Australia se encargó en esta oportunidad (esperó cuatro años para eso) de devolver a Uruguay a la pena de ver el Mundial por TV. Pues la tan mencionada garra charrúa no bastó para volver a participar en la más grande justa futbolística, a la cual están faltando por quinta vez en los últimos ocho mundiales.

Claro que fue por penales, al filo de la emoción máxima que generan estos eventos, y ante un equipo que no vislumbra mayor éxito en tierras germanas. Pero queda escrito que Australia eliminó a Uruguay.

En la Liga Master hay un DT que se las da de amante de la garra. Alguna vez, emborrachado por el fanatismo hacia la celeste, me mencionó que con la garra se gana partidos, que Uruguay irá al Mundial de hecho. Lo trataba de confrontar antes del Uruguay-Colombia (le iba a Colombia pues por el fútbol demostrado en Barranquilla en ese nefasto 5-0 que presencié in situ, simplemente pensé que ellos debían ir al Mundial. Si le hubiesen hecho lo mismo a los chilenos...), y el me trataba de callar con que la garra, la garra. Uruguay ganó 3-2 en unos de los mejores partidos de la eliminatoria.

Por tanto dejo demostrado, que aunque demoró la comprobación, el fútbol es unión de muchos factores. Ya le decía este DT de jugadores azules, que Turquía también es un cuadro de raza. El decía: "no compares". El equipo de Estambul acabó pateando suizos luego de ganar 4-2 y que eso no le bastara para aliviar la tensión del "infierno". Asi es pes calichín, a veces uno se equivoca, y hay que aceptarlo.